Debe pensarse que la cocina eminentemente debe ser funcional, el espacio de trabajo estará asegurado en todo momento. Para ello debe haber delante de cada zona amueblada, un espacio libre de aproximadamente un metro (y si le ponemos 20 centímetros más, mucho mejor); si para que se cumpla esta condición tenemos que prescindir de una zona amueblada (una cocina distribuida con módulos en paralelo), así debe ser, pues lo último que se pretende es un espacio recargado.
Directamente relacionado con lo anterior, una cocina estrecha bien pensada tiene los muebles a medida. El fondo estándar de los módulos de almacenaje es de 60 centímetros, por lo que puede valorarse el diseñar muebles a medida restando profundidad, ganando así espacio libre.