El valor de tu espacio viene dado por muchos factores a parte del propio producto, como puede ser el logo, los colores corporativos, la página web, la filosofía y valores de actuación y, como no, el interiorismo del espacio donde se presta el servicio.
Una tienda o local comercial debe acompañar al cliente en su experiencia con la marca y hacer que sea verdaderamente positiva. Ese consumidor va a estar recibiendo “señales” de cómo se trabaja la marca y por eso todo debe ser acorde: la distribución del espacio, los colores, la iluminación e incluso los olores.
La relación entre la personalidad del local y la de los clientes es básica, por eso no hay una fórmula concreta del éxito, pudiéndolo ir desde lo más “minimal” hasta el absoluto “barroco”, lo importante es conseguir que esa conexión fluya.